El nuevo escenario que nos ha tocado vivir provocado por la pandemia del ya megaconocido Covid-19, ha hecho que el «teletrabajo» haya entrado con fuerza en las tareas de carácter administrativo, comercial e incluso formativo.
Esta modalidad de trabajo tiene aspectos negativos y otros positivos. Desde este blog no vamos a valorarlos, tan solo vamos a reseñar los aspectos que afectan a la interpretación del Lenguaje Corporal y cómo optimizarlos.
Hay que tener en cuenta que el entorno digital se nos muestra en pantallas, por lo que aunque tengamos a la persona frente a nosotros, esta aparecerá más pequeña de lo que en realidad es. Esto generará que los gestos faciales serán más difíciles de ser observados, así como su lenguaje corporal que no puede ser observado; posición del cuerpo, movimiento de piernas, brazos e incluso manos si la imagen que aparece es un primer plano.
Además de las dificultades anteriores, existen las del entorno del interlocutor:
- Mala iluminación
- Mal encuadre
- Fondo inadecuado
- Interrupciones
¿Qué queremos decir con esto?:
- Prueba distintas localizaciones para la realización de la videollamada teniendo en cuenta la iluminación. Ten en cuenta la hora del día, ventanas e iluminación artificial. Lo ideal: tener un foco frente a ti que ilumine bien el rostro
- Pon la cámara a la altura de tus ojos
- La elección del fondo es importante pues también está transmitiendo información. No elijas un fondo que distraiga la atención
- En cuanto a las interrupciones; anuncia a las personas que comparten tu domicilio que no pueden molestarte durante ese periodo de tiempo. Es muy importante este punto, puesto que te puede sacar de la reunión en el momento más importante de ella
Una vez que tenemos preparado el entorno, debemos tener en cuenta que la comunicación online es diferente a la offline. Deberemos prestar atención a nuestra dicción y velocidad de habla. Hablar con más pausa, ayudará a que nuestro interlocutor entienda mejor el mensaje, igual pasa con nuestros gestos; deberemos evitar los movimientos bruscos o rápidos, puesto que no se percibirán o se verán de manera distorsionada.
En mi experiencia profesional, si bien había realizado formaciones online anteriormente, estas no eran suficientemente representativas para considerarme un experto en este ámbito. Como bien reza el refrán; «el hábito hace al monje», en este periodo de confinamiento, todas las formaciones que he impartido han sido online, por lo que he tenido que adaptar mi estilo de comunicación. La única forma de aprender es hacer.
Esta pandemia pasará, pero lo que es seguro que la comunicación online está para quedarse, así que.. practicar, practicar y practicar.