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Ayer, viendo las noticias en la televisión, un vídeo se repetía en todos los informativos. Este video es el siguiente. Aunque tiene una duración de un minuto y ocho segundos, la acción transcurre durante los 30 primeros segundos.

El vídeo que he colgado, ha sido suprimido por youtube, debido a una reclamación de copyright de europapress. Si deseáis verlo, pinchar el siguiente enlace; http://www.youtube.com/watch?v=QJw23AahoHY&feature=fvst

Cualquier acto de violencia, cualquiera, lo considero deplorable. La violencia engendra violencia.

Antes de una agresión de este tipo, la parte más primitiva del cerebro, la que controla los instintos (el sistema límbico), se hace dueña de la situación. En este estado no se atienden a razones, pues la parte del cerebro racional está fuera de juego. La adrenalina se ha adueñado del torrente sanguíneo, y todo el cuerpo tiene un único fin; agredir. Llegar a este estado de excitación es muy rápido; una emoción o recuerdo emocional asalta el sistema límbico, este la reconoce como amenaza y empieza a dar órdenes de alerta, las hormonas empiezan a actuar y en pocos segundos el cuerpo se ha preparado para la acción (aumenta el ritmo cardiaco, aumenta el ritmo respiratorio, vasodilatación de vasos sanguíneos, constricción de la pupila…). En situaciones de peligro, este mecanismo salva vidas, el problema surge cuando un individuo se deja llevar por el sistema límbico para causar daño, y no quiere ni sabe controlarlo. En el caso del vídeo, el agresor se ha dejado llevar conscientemente;

  • se acerca con pasos amplios y balanceo de hombros, ocupando mucho espacio para el lugar donde se encuentra; quiere dar señal de dominio y confianza en si mismo
  • hace un gesto  con el brazo izquierdo antes de llegar a la altura del agredido; primera amenaza. Aquí tengo dudas, ya que no veo la cara del agredido, y se puede interpretar su Lenguaje Corporal de dos formas; o bien retira los pies para dejarlo pasar sin más, o bien reacciona ante el gesto de amenaza; pega un poco más la espalda al asiento, recoge levemente las piernas, agacha la cabeza y se protege levemente con el hombro. Si se viera la cara, podríamos observar si ha visto el gesto de amenaza o no
  • seguidamente hay un gesto de dominio territorial y agresividad; tira su mochila con desdén sobre la puerta del metro. Esta acción, demuestra que la agresión es premeditada pues se deshace de un elemento que le molesta para hacer lo que tiene en mente realizar. Además, muestra su «superioridad» frente al agredido pues le da la espalda en señal de «no te tengo miedo». Este gesto, hace que el agredido no considere que la situación es tan peligrosa como había pensado (suponiendo que haya captado el gesto de amenaza anterior), y no se pone en alerta máxima, volviendo a su situación inicial
  • llega el momento en el cual el agresor puede elegir si agredir o no. Su mente «racional» duda un breve segundo, antes de darse la vuelta, su brazo derecho se toca la cara, pero al tocar ligeramente la barra central del vagón, alzar la vista y ver a su objetivo, esa duda desaparece y comienza la agresión
  • la agresión es eso, agresión. Es tan brutal que las personas de alrededor activan su sistema límbico y huyen. Fijaros en las reacciones; sorpresa (medio segundo) y huida
  • Me gustaría que observéis a varias personas del vagón;
    • La valiente señora que intenta parar la agresión desde el primer momento. Mi más profundo respeto y admiración por esta heroína anónima. Hay que tener mucho aplomo y unos grandes valores para reaccionar de esa forma. Tan solo aparecen sus manos durante la agresión, y cuando el agresor es reducido, sigue ayudando.
    • Otra señora con aplomo. Está de pié junto al agredido con una bolsa del corte inglés. En ella se dan una amalgama de expresiones corporales; sorpresa, huida; se va pero piensa que lo que está pasando no está bien y se queda, aunque su sistema límbico le dice que se proteja, que ese lugar no es bueno (afianza su bolso y su bolsa contra su cuerpo a modo de barrera protectora). El cerebro racional está luchando con el límbico que quiere ponerla a salvo, pero ella quiere hacer algo. Veo un gesto que se puede interpretar de varias formas, casi antes de llegar los policías, ella a emprendido la huida, pero al ver que la situación puede, y recalco el puede, estar controlada, ella hace un movimiento de abrir el bolso. Este movimiento es nuevo, no es de protección total como los anteriores. Quizás su cerebro racional le convenció para que pidiera ayuda por teléfono, o quizás no.

Agresión metro de madrid mujer bolso

    • Una reacción común ante este tipo de situaciones; sorpresa, miedo, huida y alerta. Es la reacción de la chica rubia que está sentada frente al agredido. Se sorprende, huye presa del miedo y cuando cree que está protegida (tras el corpulento hombre de color), grita pidiendo auxilio

Agresión metro de madrid chica rubia

    • La reacción más común (desgraciadamente); sorpresa y congelación. Es la que más se dá en el vagón, y podemos observarla en el corpulento hombre de color. Se sorprende y se queda paralizado, no huye, ni ayuda. Cuando oye que llega la policía para hacerse cargo de la situación, se aparta.

En último lugar, felicitar a los agentes que redujeron al agresor. Su rápida, segura y determinante actuación, hizo que el incidente no hubiera tenido peores consecuencias. Si os fijáis, el agresor se separa cuando advierte que lo van a reducir, y aunque su estado de tensión perdura, sabe que ya no tiene nada que hacer. Observad el momento en el que ve que se acerca la policía, es el mismo momento en el que se separa.

Agresión metro de madrid mirada policia

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