Estos días de finales de verano, la prensa, la política y la sociedad en general, ha puesto el foco en la actuación del actual presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. El foco está puesto en el acto de celebración de la copa del mundo femenino de fútbol. El presidente, dio un beso (un «piquito» como ha referido Rubiales en público) a la jugadora de fútbol Jenni Hermoso. Hermoso, en declaraciones en el vestuario tras la recepción de las medallas comentó que no le gustó, Así mismo, en diversos comunicados, Hermoso deja claro que fue un acto no deseado y no consentido. A raíz de estos acontecimientos, se han generado muchas presiones para que Luis Rubiales dimita de su cargo.
Ayer, 25 de agosto, Luis Rubiales compareció en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF (Real Federación Española de Fútbol), donde se esperaba que anunciara su dimisión. No fue así.
Como es habitual en este blog, no voy a emitir juicios de valor sobre lo ocurrido, tan solo voy a intentar analizar las secuencias desde un punto de vista objetivo.
EXULTANTE. Luis Rubiales, se muestra con gran alegría y abraza con fuerza y determinación a todas las jugadoras en la ceremonia de entrega de medallas.
La mayoría de las jugadoras, muestran exaltación recíproca, si bien no podemos ver la expresión facial de ellas, su lenguaje corporal es de aceptación ante el abrazo. En la mayoría de los casos, Rubiales muestra más énfasis y energía.
Jenni Hermoso y el «piquito». A continuación vamos a observar las imágenes previas al beso. Estas imágenes las ha publicado la RFEF en su web.
En la primera imagen observamos que Hermoso ya ha abrazado a Rubiales antes que este lo haya hecho. Rubiales describe el abrazo de manera más enérgica que la jugadora, y además ocupa más espacio que ella. Las piernas abiertas y los movimientos amplios con los brazos, denotan mucha seguridad y energía. La segunda imagen es defendida por la RFEF como que Jenni levanta a Luis. Según mi opinión no es así. Por la postura anterior de las piernas y cómo las ha colocado Rubiales en la segunda imagen, denotan que Luis salta en un movimiento típico de celebración en el fútbol al celebrar un gol con un compañero o compañera. Hermoso reacciona de la manera habitual; soportando el peso de Rubiales para no caer ambos.
El beso y la conversación previa: Rubiales afirma que le preguntó a Hermoso si accedía a besarse con la frase; «¿Un piquito?». En la secuencia del beso, no denoto la pregunta y mucho menos la respuesta de la jugadora. Al no ver la expresión facial de la jugadora, puede que se genere cierta duda, sin embargo en caso afirmativo, ella habría movido levemente la cabeza o los hombros, cosa que en las imágenes no veo.
Un gesto que me llama la atención es el suave golpe que la jugadora hace un el costado del presidente, justo antes del beso. Este gesto denota señal de despedida. Curiosamente lo vuelve a realizar tras el beso. Esto denota que no esperaba el beso pues ya se estaba despidiendo. Es mas, Rubiales hace el mismo gesto a Hermoso, golpe en el costado, cuando se está marchando.
Cuando trabajo con líderes políticos o empresariales, intento hacerles ver la importancia de las emociones a la hora de la toma de decisiones. Nunca, y digo bien, nunca, se deben tomar decisiones importantes cuando se siente una emoción desmesurada, tanto negativa como positiva. Suelen ser malas decisiones.
Un presidente de una institución, debe representar los valores y acciones que la institución persigue. Sus decisiones y sus acciones definen a la persona, al líder y a la institución. Parafraseando a Plutarco sobre una afirmación de Julio Cesar; Además de serlo, hay que parecerlo.