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Ayer estuve en Madrid, y como terminé antes de lo previsto mis reuniones, adelanté el billete de Ave. El asiento que me asignaron era uno en el que estás frente a otra persona, con una mesa en medio. Este tipo de asiento no me gusta, ya que cada vez que alguno se mueve, pisa al de enfrente. Afortunadamente, el tren empezó su marcha y no se sentó nadie; ni a mi lado, ni frente a mí, por lo que me dije «va a ser un viaje muy cómodo».

A los pocos segundos de estar el tren en movimiento, llegaron dos personas, de unos 45 y 25 años respectivamente, de etnia gitana, con un peinado algo particular, y con expresión cansada. Nos saludamos, dejaron sus pertenencias en el portaequipajes y se fueron a la cafetería.

Mi plan de descanso había sufrido un cambio. Tenía dos opciones; intentar descansar, o entablar una conversación con ellos. Opte por la segunda. Siempre opto por ella; es la que más me enriquece.

Cuando volvieron, uno de ellos se puso los cascos para ver la película, y el otro empezó a sacar con devoción unos discos de vinilo que había comprado. Durante 5 minutos, la persona de los discos, los sacaba de uno en uno, los analizaba con cara iluminada (como el niño que tiene un regalo nuevo) y se los enseñaba a su compañero, que con aspecto muycansado; párpados caídos, hombros relajados, cabeza ladeada, movimientos lentos…, miraba sin hacer comentarios.

Si quería hablar con alguno, debía ser con la persona de los discos. Mi pregunta fue; «¿Prefiere los discos de vinilo antes que los cds?». Ahí empezó una conversación que duró dos horas y media. Realmente fue un viaje totalmente placentero.

Cuando habló sobre los cds, se llevó la mano a la nariz y la presionó lévemente. En ese momento, se me escapó una sonrisa, y le pregunté que por qué no le gustaban los cds. A partir de ahí empezamos a hablar de lo que cada uno hacía. Yo le conté que me dedicaba a impartir cursos e investigar sobre el Lenguaje Corporaly la Empatía, y el me comentó que se dedicaba a la música.

Me dijo que su nombre era Raimundo. Cualquier aficionado a la música española, seguro quelo hubiera reconocido; era Raimundo Amador. Yo no sabía quién era, tan solo que le brillaban los ojos cuando hablaba, y que ponía mucha pasión.

Raimundo Amador

Fotogafía: http://www.fanclublorca.com/images/okupa-raimundo.jpg

Su Lenguaje Corporal era pausado pero seguro. Su cara muy expresiva. Los movientos de las manos, interesantes. Mirada sincera. Y dos apuntes interesantes; cuando se encontraba cómodo se tocaba la perilla (cosa que me sorprendió, ya que ese gesto es para buscar seguridad), y que se siente muy orgulloso de ser de las «3.000 viviendas» (barrio deSevilla y actualmente muy conflictivo), ya que cuando se refirió donde vivía dijo; «Vivo en ……, pero yo soy delas 3.000», en la última frase, abrío los brazos y expuso las palmas de las manos; señal de enfatización del mensaje, y que realmente es ahí donde le gustaría vivir (si la situación social del barrio no fuera tan mala).

Me comentó que no prestaba atención a su imagen, y que iba como a él le gustaba. Le comenté que todo aquello que nos hace diferentes; nos hace especiales. Raimundo ha sido fiel a su diferencia frente al resto, por eso es especial.

En mis cursos y sesiones de coach, nunca busco un patrón o una llave maestra que abra  todas las puertas. Creo que no existe. Creo en lo que le vale a cada persona, y en como mejorarlo o sacarle más partido.  Cada persona tiene su personalidad, con sus diferencias. En mi opinión, saber sacar el máximo partido a esas diferencias es la base del éxito o la felicidad en la vida.

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