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Dentro de este blog, intentaré analizar temas variopintos. Aunque desde el punto de vista del Lenguaje Corporal, estas recientes elecciones al parlamento europeo del presente mes de junio han dado mucho juego, no he querido repetirme y volver a hablar de política.

Cambiando totalmente de campo, voy a analizar uno de los mejores anuncios televisivos de todos los tiempos, al menos uno de los que más me han gustado. Los más jóvenes (menos de 25 años) seguramente no lo conoceréis, así pues, tanto para los que sí como los que no, os lo dejo aquí para que le echéis un vistazo, y a continuación lo analizaremos.

Empezaremos diciendo que este vídeo es fácil de analizar, ya que es muy estereotipado, es decir; que los gestos están exagerados y muy reconocibles. De este modo podemos identificar el gesto del mozo de espadas que no se cree lo que le acaba de decir al «maestro»

Sus gestos son boca apretada, como si no quisiera decir nada más, suelta un resoplido de alivio, los ojos muy abiertos, así como cejas altas, como diciendo «se la he colado, y se lo ha creido».

mozo-de-espadas

En la siguiente imagen vemos al torero cuando ya ha visto al toro. Su cara está desencajada (temor), la mirada de soslayo (desconfianza), y traga saliva exageradamente .

Torero viendo toro

Una vez trazado el plan; el torero piensa que pidiendo «La Casera» podrá irse sin torear, hay que mostrar firmeza y seguridad, por ello en la siguiente imagen, el torero mantiene la barbilla alta, el dedo arriba y frunce el entrecejo.

La autoridad del torero

El momento de la sorpresa; al torero le llevan un vaso de «La Casera». Ya no tiene escapatoria. Al torero no le llega el oxígeno, y tiene calor repentinamente (el sistema nervioso ha dado la voz de alerta), se tira del cuello de la camisa y toma aire por la boca. El apoderado que sabe de la «valentia» del maestro, se entristece y apiada, mirándolo con las cejas y ojos arqueados hacia abajo, frente arrugada y ladeando levemente la cabeza.

Torero sin escapatoria

En la siguiente imagen, vemos al torero tras beber «La Casera». Pues bien, aquí tenemos que decir que la sonrisa que tiene el torero, es de actor. Aunque la imagen en general nos puede dar la impresión de felicidad, vemos que hay algo raro. Fijénse en sus ojos; no muestran felicidad.

El torero bebe La Casera

Por último, la vuelta a la realidad. El torero mira de soslayo lo que le espera, tuerce el gesto (boca con dos expresiones), y retira ligeramente la cabeza del peligro.

 El torero vuelve a la realidad

En conclusión. ¡Quiero más anuncios de estos!

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