Los soldados, tienen una serie de valores y normas que hacen que en los momentos difíciles no tengan que pensar para actuar. Desde mi punto de vista, es muy duro enfrentarse a situaciones límites donde tu vida o la de otros está en juego. La disciplina y el estado constante de alerta, pueden salvar vidas.
El siguiente vídeo muestra un grupo de seis soldados israelíes, realizando una patrulla en las calles de Hebrón (ciudad palestina, rodeada de asentamientos israelíes). Los soldados, realizaron el vídeo como despedida a sus tres años de servicio militar. Más allá de las interpretaciones políticas o morales de la acción, en las cuales no voy a entrar, quiero analizar el vídeo desde el punto de vista del Lenguaje Corporal.
Los soldados entran en la calle en formación y con pasos amplios. Si os fijáis, todos llevan el mismo ritmo de movimientos. Eventualmente, miran a un lado u otro y levantan su arma. Los dos soldados de atrás son los que se muestran más activos, siendo los menos activos los que se encuentran en el centro de la formación.
El líder de la patrulla hace un gesto con la mano derecha, que lo repite el soldado situado atrás y a su derecha. Este gesto hace que paren y se agachen. En esta posición, empieza la música. Es curioso que durante 8 segundos, no realizan ningún gesto de búsqueda de amenaza, y cuando se levantan, todos realizan una «batida» visual del entorno.
Dentro del grupo, el que comienza con la acción del baile es el soldado del centro.
Este se lleva las manos a los oídos, y hace gestos de «¿Qué estoy oyendo?». A partir de ahí comienzan los 34 segundos de evasión.
Con todo el material bélico que llevan encima, más la tensión del lugar, observamos que la coreografía busca sencillez, movimientos marcados y de fácil ejecución, aunque la vuelta con el compañero requiere haber practicado este baile más de una vez con toda la indumentaria.
Cuando el líder de la patrulla da la señal del final de la coreografía, todos renuevan su actitud vigilante. Además con más atención que antes. Saben que han llamado la atención, y eso es peligroso; la adrenalina se dispara.
La guerra es la máxima expresión de violencia del ser humano. En ella todo y nada tiene sentido. Estos 34 segundos han sido interpretados por políticos, militares y medios de información, como ofensa, falta de respeto, indisciplina…. Lo cierto y objetivo es que durante 34 segundos, los soldados abandonaron su actitud agresiva, y ofrecieron gestos de diversión.