Siento mi tardanza en actualizar las entradas, pero estoy en plena preparación de candidatos a las próximas elecciones municipales y no tengo mucho tiempo.
El pasado mes de febrero, se cumplieron 30 años del intento de golpe de estado en España. El visionado de las múltiples imágenes que se emitieron, me hicieron plantearme que bien se merecía el presente post.
Antes de insertar el vídeo, quiero mostrar mi más profundo respeto a los políticos (a los cuáles estoy conociendo de primera mano), que realizan una labor increíble (con mayor o menor acierto), y que roban todas, repito; todas, las horas de su tiempo a realizar su trabajo. Me apena muy mucho, que por unos cuantos despreciables, que meten la mano, tengan el «sanbenito» que tienen.
Hoy voy a analizar un vídeo de hace 30 años, cuando ser político en España era una profesión de alto riesgo, donde podías perder la libertad, o la vida…
La primera imagen que vamos a analizar es la siguiente:
Gutiérrez Mellado (la persona con gafas), se encuentra con una sonrisa «tensa» (sonrisa amplia pero con labios unidos), nos puede denotar satisfacción. Así mismo, se está tocando la base del cuello, por lo que nos pone en la pista que tiene cierta tensión.
Suárez (la persona que está con la cabeza girada), se muestra más tenso, con movimientos más amplios y rápidos. En este momento, está mirando al pasillo, pues ha escuchado algo que lo ha intranquilizado.
La fotografía anterior, muestra el momento en el que el Teniente Coronel de la Guardia Civíl, Tejero, accede a la zona de oradores del Congreso de los Diputados. Observad el estado de paralización de todos los que aparecen, y la extrema atención con la que miran. Están en estado de alerta, y sus mentes han optado por la paralización (recordad, que en ese estado se puede huir, atacar o paralizarse).
La siguiente fotografía muestra como algunos de los diputados están empezando a tirarse al suelo. Así como el diputado Gutiérrez Mellado se dirige en actitud decidida hacia el golpista (en dos pasos amplios llega hasta la altura de Tejero), y como Suarez intenta retenerlo.
En la siguiente fotografía, observamos el momento justo del primer disparo realizado por Tejero. Tejero, hasta este momento, se ha mostrado muy seguro de si mismo. Ha entrado con paso firme, la barbilla media-alta, erguido, sin titubeos, pero se encuentra que Gutiérrez Mellado, el más alto rango militar de la sala, se enfrenta a él. Tejero, reacciona mostrando la fuerza; dispara. En ese momento, casi todos los presentes hacen el amago involuntario de la protección; subir los hombros y esconder el cuello, e inmediatamente se tiran al suelo. Es curioso, por no decir, asombroso, que Gutiérrez Mellado no muestra el gesto involuntario; su determinación y firmeza es tal, que no permite que aflore el instinto de supervivencia.
La siguiente fotografía, es desde mi punto de vista, el momento más representativo del vídeo.
Aún están sonando disparos, y Tejero intenta retomar el control de la situación realizando aspavientos con ambos brazos para que los guardias civiles dejen de disparar. Gutiérrez Mellado, en un alarde de heroicidad, se mantiene erguido, con brazos en jarras, desafiante. Observad, que nadie osa entrar en su distancia personal. Aún en el caos, Gutiérrez Mellado se muestra seguro. Suárez, se mantiene tenso pero vence a su instinto de supervivencia, y sigue sentado, ligeramente inclinado sobre su lado derecho, alejándose levemente del foco del peligro.
En la siguiente escena, Tejero ya tiene el control de la sala, pero no tiene controlado a Gutiérrez Mellado, por lo que decide amenazarlo y reducirlo. Gutiérrez Mellado, se siente acorralado; su espacio personal está siendo invadido, y busca un punto de apoyo. Observad, los pies de los guardias civiles; se dirigen hacia él.
Acto seguido, Tejero intenta dejar caer a Gutiérrez Mellado, pero no lo consigue. Es curioso que los guardias de alrededor no intentan ayudar a Tejero. Cuando ve que es inútil, ocurre una escena casi cómica;
Tejero se marcha y se hace el «despistado», como si lo que hubiera intentado hacer no fuera con él. Pero lo más curioso es que los guardias que un principio «acorralaron» a Gutiérrez Mellado, también se hacen «los locos», buscando algo que hacer con la mirada. Tan solo un guardia, permanece atento a Gutiérrez Mellado, este guardia intenta tranquilizarlo; bajando la barbilla y manteniendo los brazos pegados al cuerpo (anteriormente a este momento, realiza el gesto de «para» con el brazo extendido y la palma de la mano expuesta).
Observamos, que Suárez consigue captar la atención de Gutiérrez Mellado, y lo convence para que vuelva a su escaño de diputado.
Posteriormente, aparece el mensaje del rey, que a la postre, fue determinante para el fracaso de la intentona golpista. En las primeras imágenes (que no fueron emitidas), aparece tenso, muy tenso. Utiliza dos gestos típicos del orador nervioso; se toca la cara (en este caso el ojo), y se humedece los labios (en estos momentos tiene la boca seca).
El rey lanza un mensaje con un lenguaje corporal que denota seguridad, firmeza y determinación; no hay titubeos, la cabeza la mantiene alta, la espalda recta, y no hay gestos gratuitos. Solamente mueve la cabeza en señal de afirmación; no tiene dudas de lo que dice.
Muchos de mis alumnos me comentan que tienen miedo a hablar en público. El miedo, en pequeñas dosis, es bueno antes de hablar en público. Hace que estemos más atentos, activos y preparados para reaccionar. El rey estaba tenso antes del mensaje, pero durante este, se mostró seguro de sí mismo.
Hay momentos en los que las personas escriben la historia. Este fue uno de ellos.
Hola Antonio, ayer estuve en tu curso en Las Cabezas y estuvo muy bien y aprendi mucho. Ya veo que en tu blog sigues escudriñando el lenguaje corporal y ha sido muy interesante lo del 23F, es increible como a Gutierrez Mellado nadie le queria meter mano.
Gracias por tu comentario José Ramón. Espero que puedas aplicar lo que vimos en el curso. Un saludo